Diseñado por el excéntrico y bien
conocido diseñador parisino Henri
Labourdette; quien despojó al
Phantom III de todos sus elementos
distintivos para crear un vehículo
nuevo, que expresara su visión futurista
de los años cuarenta.
Alejado de completamente de la
personalidad clásica de un "Rolls
Royce" este vehículo es sinónimo de
aerodinámica, el cual en su momento
se valuó en 44,000 dólares, un
precio bastante elevado si tomamos
en cuenta que en aquellos tiempos
$4,000 dólares bastaban para comprar
una casa.
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Este vehículo recuerda una época en
la que la conducción se consideraba
una experiencia artística.
Actualmente este vehículo recorre
exhibiciones y museos alrededor del
mundo, sin duda vale la pena seguirle
la pista y dejarse conquistar por su
magnetismo y lujo exorbitante.
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